Seguramente has oído hablar de los peligros de tratar a los perros como personas, pero, . . . ¿sabes cuales son los peligros de tratarlos como objetos?, ¿a lo mejor no es tan malo humanizarlos?
Aprovechando mi intervención como presentador del espacio de radio «Corazón Animal», dentro del programa matinal «Vivir en la Isla», de Radio La Isla, donde he hablado sobre éste tema, he pensado que era necesario escribir un artículo para poder ampliar la información que pude dar y conseguir que todos los que lo deseen, puedan tener a su disposición todos mis argumentos, para que les puedan ayudar a mejorar el trato y la relación con sus perros.
Para empezar, voy a definir los dos extremos que nos podemos encontrar a la hora de relacionarte con un perro. Por un lado tenemos el antropomorfismo y por el otro extremo, la objetualización. Es curioso pero siempre hay tendencia a acercarse a uno u otro extremo, y como ya sabes, los extremos siempre son malos.
Pero bueno, vamos a empezar a aclarar un poco las cosas.
EL ANTROPOMORFISMO
Ésta palabra tan rara, e incluso difícil de pronunciar 🙂 ,consiste en interpretar alguna conducta del perro de manera equivalente a la de las personas, es decir, atribuirles características, emociones y comportamientos humanos a los perros.
Como ejemplo de antropomorfismo podemos citar los siguientes:
Vestir a los perros con ropa, sin un motivo funcional. Es evidente que en épocas invernales, con las consecuentes bajadas de temperatura, hay muchos perros que por su morfología, no están adaptados al frio, como por ejemplo los galgos y los chihuahuas entre otros. Ponerles ropa de abrigo a éste tipo de perros es lógico y recomendable. Lo que no es lógico, es ponerle ropa al perro para que sea el más guapo o chulo del barrio, y si la ropa es de marca, pues más fashion y a la moda que va a ir el perrito.
Tampoco es necesario echarles colonia, pintarles las uñas, entre otros cosméticos, tal como lo utilizarían muchas personas.
Otra forma de antropomorfismo o humanización, es darles un discurso antes de dejarlo sólo en casa, diciéndole todo lo que vas hacer, como si entendiera la retahíla de palabras que le estas soltando. Son muchas las personas que le sueltan un discurso al perro como éste; «Mira Kira, ahora tengo que ir al supermercado para comprar la comidita, luego voy al banco y después a casa de Pepe que hace mucho tiempo que no lo veo. Cuando vuelva, nos vamos a la calle para dar una vueltecita y darte de comer». Evidentemente el perro no entiende casi nada de la retahíla de palabras que le estas soltando. Es probable que comprenda algunas de las palabras que le estés diciendo, ya que pueden tener un significado concreto para él, como por ejemplo las palabras comida, salir, calle, etc. , pero lo que tienes que tener claro es que no va a entender todo la conversación que le estas dando.
LA OBJETUALIZACIÓN
Éste es el otro extremo. Consiste en interpretar las conductas del perro como si fueran objetos o máquinas.
Un ejemplo de objetualización, consiste en convivir con el perro sin relacionarte con él, teniendo el mínimo contacto y afecto posible.
Considerar al perro una herramienta. Esto sucede mucho entre los cazadores con sus perros, que los consideran una herramienta de trabajo, y cuando esa «herramienta» no es funcional, pues se deshacen de ella y buscan otra. Desgraciadamente todos sabemos cuales son las consecuencias reales de éste tipo de trato y práctica, en el mejor de los casos el abandono y en el peor, matarlos directamente o dejarlos atados a un árbol para que el tiempo decida su destino.
AMBOS EXTREMOS SON MALOS
Es evidente que ambos extremos son malos, y como dije al principio, se tiene tendencia a decantarse por uno u otro en función de los consejos recibidos, de la manera de considerar al perro, etc.
Pero desde mi punto de vista, la objetualización es mucho peor, porque considera que los perros no tienen emociones ni sentimientos.
Siempre se habla de lo malo que es humanizar, pero se omite el decir que es mucho más malo considerarlos como un objeto que ni siente ni padece.
Es necesario saber que los perros son animales Sociales, al igual que nosotros, necesitan vivir y sentirse miembros de un grupo social, es decir, sentirse miembro de la familia con la que convive. También son animales Emocionales, sienten emociones, de las cuales a continuación voy a hablar un poco, y no podemos olvidar que son animales Comunicativos, aunque en la mayoría de las ocasiones las personas ni siquiera intenten comunicarse con ellos o entenderlos, están constantemente comunicándose con nosotros y con los demás perros por supuesto.
En definitiva podemos decir que son más parecidos a las personas que a un ordenador o cualquier objeto que puedas tener por casa.
EL ANTROPOMORFISMO EN LAS EMOCIONES
Seguramente si nos sigues, ya sepas que los perros tienen emociones básicas como la alegría, confianza, miedo, sorpresa, tristeza, asco y la ira. Y otras emociones más especializadas como la ansiedad, curiosidad, amor y la agresividad.
Sin embargo, hay otras emociones como la culpabilidad, la vergüenza y el orgullo, que según los estudios científicos no han desarrollado los perros.
Ahora te voy a poner un ejemplo muy común sobre cómo las personas atribuyen emociones humanas a los perros.
Ejemplo de Antropomorfismo Emocional.
Te pongo como ejemplo el Sentimiento de Culpabilidad, es decir, que el perro reconozca su culpa por haber hecho algo. Seguro que te suena algún que otro video presente en las redes sociales, en el cual, sale una persona increpando, abroncando o castigando verbalmente al perro por haber roto algún objeto o por hacerse pipi dentro de la casa. Normalmente el perro muestra una posición corporal agazapada, con la cabeza y las orejas gachas, intentando evitar el contacto visual directo. La conclusión de las personas que ven dichos videos, es que el perro se siente culpable por haber actuado mal.
Tienes que saber que el perro no siente culpabilidad, las conductas que muestra, son conductas de apaciguamiento para evitar un conflicto social, el perro intenta a través de su conducta, calmar a la persona, incluso puede estar sintiendo miedo si dicha escena suele repetirse con frecuencia o si la relación con dicha persona no es muy buena y se basa principalmente en el exceso de control y la intimidación.
LOS PELIGROS DE CONSIDERAR A LOS PERROS COMO OBJETOS
Ahora quiero dejar muy claro porque considero que tratar a los perros como objetos, es mucho peor que humanizarlos.
En el mundo de la educación y el adiestramiento, hay muchos profesionales que desaconsejan el antropomorfismo, es decir, humanizarlos, lo consideran un recurso puramente sentimental. Muestran la humanización como el mayor pecado que se pueda realizar cuando convives con un perro, sólo les falta decir que si los humanizas, iras al infierno por ello.
Ellos prefieren tratar a los perros como robot, con lo cual, consiguen que sus clientes y demás personas que los lean o escuchen, traten a los perros como objetos sin emociones ni sentimiento, manteniendo la distancia emocional en su relación.
Se basan en plantear la convivencia y el entrenamiento como la programación de un ordenador, donde vas metiendo ordenes y comandos, para que el perro ejecute las acciones encomendadas de forma mecánica, y si es posible sin errores.
Esta forma de pensar ha hecho mucho daño a la convivencia y la manera de tratar a los perros.
¿CÓMO RELACIONARNOS Y TRATAR A LOS PERROS?
Bueno, pues ahora, te voy a dar mis consejos para que no caigas en ninguno de los dos extremos, pero que si te tienes que acercarte a alguno de ellos, sea hacia la humanización, pero seguro que te vas a dar cuenta, que teniendo presente lo que te voy a decir, lo vas a tener mucho más claro para tener una relación y trato adecuado con tu perrito.
Ser conscientes de que perciben e interpretan el mundo de forma diferente a las personas. Las personas somos muy visuales, percibimos e interpretamos el mundo principalmente a través de la vista, pero los perros se basan fundamentalmente en el olfato, con lo cual su forma de percibir e interpretar el mundo es totalmente diferente. Es como si compartiéramos un mismo espacio pero viviéramos en dos mundos paralelos. Si tenemos esto en cuenta podremos comprender y tratar al perro mucho mejor.
Aunque en detrimento de las personas, tengo que añadir, que los perros se han adaptado muy bien a convivir con las personas, incluso podemos decir que se han vuelto mucho más visuales que sus ancestros, ya que cómo las personas nos expresamos mucho a través del lenguaje corporal y el lenguaje verbal, han aprendido a observarnos para obtener la máxima información posible y poder interpretar nuestras intenciones. Desafortunadamente nosotros no somos tan observadores con su conducta, no nos paramos a intentar mejorar nuestra forma de comunicarnos con ellos, observando su conducta, con lo cual, podemos decir, que ellos nos comprenden mejor que nosotros a ellos.
Relacionado con el punto anterior, decirte que también es muy importante empatizar con el perro. En otro momento hablare más detenidamente sobre éste tema, pero lo que tienes que saber es que los perro también sienten empatía, y nosotros tenemos que intentar empatizar con ellos para poder llegar a comprender mucho mejor su forma de actuar y en consecuencia, cómo mejorar la relación y el trato que le damos durante la convivencia del día a día.
Es evidente que existen diferencias entre ambas especies, perros-humanos, pero ambos somos animales sociales y convivimos juntos en grupo, lo que nosotros llamamos familia. Por eso para mi, el perro tiene que formar parte de tu familia y sentirse miembro de ella para una adecuada convivencia y bienestar de todos.
Permitirles ser perros. Un punto muy importante a tener presente. Si el perro quiere olfatear durante los paseos, como por ejemplo, oler los pipis en la calle, tienes que dejarlo. Si a ti te da asco, a ellos les gusta, les transmiten mucha información del entorno. Yo le digo mucho a mis clientes que para un perro ir olfateando por la calle, es como para las personas ir viendo escaparates, como ya te dije antes, percibimos e interpretamos el mundo de forma diferente, para ellos el olfatear por la calle es genial, les induce a ir más calmados y tranquilos durante los paseos, además por su puesto de obtener una gran cantidad de información del entorno.
La relación debe basarse en el Afecto, la confianza, el respeto, el entendimiento mutuo e intentar comprender al perro.
Tienes que saber que no entienden todo lo que le dices, con lo cual, no es necesario darles un discurso para comunicarte con ellos. Puedes hablarles, por supuesto que sí, pero intentando comunicar información valiosa y transmitiendo emociones, que puedan ayudar a mejorar la comunicación y la comprensión.
Ser consciente de cuando le estas atribuyendo características y comportamientos humanos. Te pongo un ejemplo, ¿Quién no le ha puesto alguna vez, voz a su perro, como si estuviera hablando? Probablemente la mayoría de las personas que los quieren, yo al menos lo hago 🙂 . Pero es necesario ser consciente de que no están pensando lo que estás diciendo y que ellos, por supuesto no hablan. Teniendo esto presente, ¿Por qué no humanizarlos, de forma consiente en algunos aspectos?
Yo personalmente prefiero que las personas humanicen a los perros, antes de que los consideren como objetos o cosas.
Enlace Podcast Radio la Isla «Corazón Animal»: ¿Cómo tratar a los perros?
Un fuerte abrazo,
Juan Carlos
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Me encantaron tus consejos y si te pon se a pensar es como dijistes
El tema es que a veces la gente no se da cuenta que tiene un perro ya sea porque no puede tener hijos o se siente sola y descarga todos sus sentimientos en ellos-
Aunque prefiero que los traten asi y no que los tengan como un objeto.
Te vuelvo a decir que me «ENCANTO» tus comentarios
Muchas gracias pòr darnos información para mejorar a nuestos amigos perrunos
Gracias a ti María, por tus palabras. Éste es el objetivo, conseguir cambiar la perspectiva en muchos aspectos, para mejorar la relación y la convivencia con los perretes 😀 saludos.
Hola! me ha encantado el artículo y estoy de acuerdo contigo en que mejor humanizarlos que tratarlos como objetos. De hecho Frans de Waal (etólogo, psicólogo) afirma que sin el antropomorfismo no nos hubiéramos hecho muchas preguntas acerca del comportamiento animal que han dado pie a su estudio científico. Temas tales como el afecto (nos quieren los perros?) no hubieran surgido ni tampoco la conciencia de un adiestramiento/educación amables.
Aunque claro, el gran peligro del antropomorfismo está en las interpretaciones comunicativas que hacemos las personas sobre la intención del perro; como por ejemplo castigar los gruñidos, no prestar atención a las señales agonísticas…en fin, que ni una cosa ni la otra como bien dices…aunque mejor con cariño. A la espera del siguiente artículo!
Rectifico. Sobre lo de que mejor humanizarlos… vale, pero si es asi, tener en cuenta que deberíamos tratarlos más como a colegas, amigos que como a niños pequeños sobreprotegidos. También veo que a veces los guías tratan a sus perros como niños pequeños frágiles a los que protegen y no dejan elegir, pensar ni equivocarse. Ahora si!
Hola Noelia. Totalmente de acuerdo contigo en el tema de la sobreprotección, principalmente con los perros de tamaño pequeño. Con éste tipo de actuación, lo único que consiguen, son perros incompetentes socialmente. Como dije en el artículo, hay que dejarlos ser perros y que disfruten de ello 🙂
Me ha gustado mucho este articulo porque es verdad que todos los adiestradores intentan robotizarlos y decirte que los perros no son de la familia. Me hace mucha gracia cuando me encuentro con una señora que le va contando su vida a su perro jejeje pero yo creo que a la señora que es mayor le hace bien charlar con su perro, y al perro simplemente le da igual. Yo cuando voy a dejar a la perra le digo: Ahora vengo. Y ya ella se va sola para el sofa.
Un saludo!
Hola Estefanía. Tienes razón, muchas personas mayores se sienten acompañada con su perrito y se desahogan charlando con él. De éste comento un poco en el podcast del programa de radio. Si no lo has escuchado, puedes hacerlo en el enlace que te encuentras al final de artículo. Espero que te guste, saludos.